El diseño y la necesidad de espacios confortables es cada vez más un requerimiento para persona y empresas a la hora de buscar espacios en donde vivir o desarrollar sus actividades. En definitiva, lo que se busca es un mayor bienestar del individuo a través del diseño y la arquitectura, dentro de un ambiente más sociable y cómodo, creando espacios analizados previamente desde la iluminación, distribución, textura y color, que hagan del diseño de interiores sea funcional, generando distintos ambientes en un solo lugar que satisfagan las necesidades de sus habitantes. Ante este panorama los diseñadores de interiores deben de tomar en cuenta la psicología ambiental ya que se encarga de analizar la relación que existe entre las personas y su entorno, en busca de que los espacios satisfagan y brinden calidad de vida a los usuarios. Al comienzo de su vida como individuo, el hombre mide y ordena el mundo partiendo de su propio cuerpo: el mundo se abre por delante de el y se cierra por detrás” (Bloomer y Moore, 1982) por lo tanto los lugares que habitamos nos pueden generar distintas sensaciones y modificar nuestro comportamiento a partir de las experiencias que vivimos en ellos. A lo largo de la historia nos podemos percatar que la arquitectura y el diseño han sido entendidos generalmente como artes referidas al campo visual a si mismo dejando de lado la cuestión de la interacción que se puede producir entre el cuerpo y él espacio, ya que debemos de tomar en cuenta la importancia que tiene el cuerpo humano en las experiencias que le provoca dicho espacio.